Dos años de cárcel para un exempleado de Abanca en Vigo por quedarse 139.000€ de una clienta

La sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, ha condenado a penas que suman 2 años de cárcel a Fernando José A.J., exempleado de una sucursal de Abanca de la ciudad olívica como autor de un delito de apropiación indebida, en concurso con un delito continuado de falsedad en documento mercantil, por quedarse con 139.000 euros de una clienta, para lo que falsificaba su firma en los justificantes de la retirada del dinero.

• Te puede interesar: El hombre denunciado por intentar violar una vaca en Galicia será juzgado por maltrato animal

Fiscalía y defensa llegaron a un acuerdo, por lo que este lunes se ha celebrado una vista de conformidad en la que el acusado ha reconocido los hechos y ha aceptado la pena impuesta. En esta sentencia, que ya es firme, se ha aplicado la atenuante muy cualificada de reparación del daño, ya que el procesado devolvió al banco todo el dinero sustraído (y que Abanca había repuesto previamente a la perjudicada).

Másnoticias

Jennifer López descansa en A Toxa e insiste: "Nos vemos mañana, Vigo"

07/07/2025

Se desvela el interior del nuevo gimnasio que abrirá en pleno centro de Vigo

07/07/2025

Además de la pena de prisión, se le ha impuesto una multa de 810 euros, que el procesado pagará a razón de 135 euros mensuales desde el próximo mes de agosto. La pena de cárcel se ha suspendido durante 3 años, a condición de que Fernando José no cometa ningún delito en ese período de tiempo.

Los hechos ocurrieron entre abril de 2021 y julio de 2024, cuando el acusado trabajaba como gestor en una sucursal de Vigo. En ese período, sin consentimiento de la perjudicada, que era clienta de esa oficina, fue realizando retiradas de dinero en efectivo de su cuenta, hasta un total de 139.000 euros.

Para ocultar su ilícita práctica, el acusado emitía boletas justificativas de reintegro, en las que imitaba la firma de la clienta. Además, para hacerlo, utilizaba los códigos de usuarios de otros diez empleados de la sucursal, en lugar de su clave personal, con el fin de ocultar al banco lo que estaba haciendo.