Organizar una boda es tarea compleja. Se debe tener en cuenta el lugar de la ceremonia, decidir si esta se realiza por lo civil o si se tiene en cuenta algún ritual religioso, el restaurante en el que se va a juntar familias, allegados, amigos y personas "por compromiso" así como quién será la persona encargada de inmortalizar los momentos más icónicos del día más feliz en la vida de una pareja. Después de determinar estas cuestiones, los conyugues deberán pensar si desean realizar una sesión de fotografía en ambientes idílicos para terminar de capturar el momento.
Precisamente, esto es lo que ha decidido una pareja. Más allá de las cuestiones que conlleva realizar una boda, ha decido inmortalizar su enlace a través de una sesión fotográfica en la que no todo salió como se esperaba. Ocurrió en A Guarda en un contexto de lluvias y viento.
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¿Qué sucedió?
Sucedió mientras las olas golpeaban con rabia la costa de A Guarda. Un hombre y una mujer se disponían a posar para los fotógrafos que llevaban a cabo la sesión posterior a la celebración de la boda. Pero algo salió mal y el agua del mar que abraza la comarca de O Baixo Miño se pasó de fuerza y arrolló a la novia. Con el vestido de blanco nuclear incluido.
Momentos de nervios y de tensión, sobre todo por parte del ya marido, fueron los protagonistas de los segundos posteriores. Mientras tanto, las cámaras dejaron de grabar y de lanzar flash cuando fue el propio novio el que se acercó a auxiliar a la mujer atropellada por las olas.
Por suerte, en las imágenes que se pueden visualizar a través de las redes sociales, se puede comprobar cómo lo que pudo acabar en tragedia termina con un buen susto tanto para la novia como para el novio. También se llevarán para casa una buena mojadura en recuerdo de una sesión fotográfica de una boda que, en este caso, también tuvo final feliz.
