Ojo con O Medeiro y sus nabizas. Aunque el Entroido vigués promete un sinfín de actividades con el desfile de comparsas como estrella y los conciertos como culmen nocturno, Vigo guarda un tesoro único: conserva el espíritu más irreverente y descontrolado del Entroido: O Merdeiro.
La figura de O Merdeiro la recuperaron hace ya una década desde A Revolta y hoy se encargan de mantener y revitalizar su presencia en la urbe gallega con una asociación creada ad hoc, A Merdeira. En 2009 su recuperación marcó un hito al formar parte, por primera vez, de la programación oficial del Concello. Sin embargo, este particular personaje escapa del papel institucional porque es, en sí mismo, un anárquico descarado.
Este personaje es además uno de los últimos representantes de las máscaras de Entroido, tan populares y bien conservadas en el triángulo máxico de Ourense. La actual sigue el diseño de Pancho Lapeña, que se inspiró en unas fotos de 1924 y de estudios realizados por Risco y Xocas.
O Merdeiro no es más que la larga lucha que caracteriza a esta tierra: siempre tiene que haber una disputa. Si no es por los “marcos da finca” es por saber quién hace la mejor tortilla o, en este caso, por la eterna guerra entre el campo y el mar. Nuestro personaje ficticio representa la burla de los marineros a los campesinos, los “escabicheiros”, que acudían a la ciudad en busca de pescado podrido para abonar sus campos. Por lo mismo sentido se ocupaban también de los pozos negros.
Transgresores como pocos, encuentran en O Berbés y el Casco Vello su escenario ideal para volverse incontrolables y obscenos metiéndose con todo aquel que se encuentren a su camino. Forman parte de ese Entroido más auténtico e incómodo que los llevó a estar prohibidos desde la década de los 20. Para evitar que vuelvan a perderse, desde comienzos de mes los más pequeños participan en obradoiros y una “merdeirada cativa” para garantizar su futuro.
Este año, anda con cuidado pues Os Merdeiros volverán a salir a las calles el domingo y martes de Entroido y, esta vez, no se meterán solo con los campesinos.