Un exclusivo chalet a la venta en Toralla, la isla privada de Vigo

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Una idílica isla, antaño habitada por romanos, que ha pasado por las manos de personajes conocidos en la historia de Vigo. Las 24 horas de día, un guardia custodia la barrera que priva el acceso a su superficie a la mayoría de la población viguesa. Unas escasas 170 personas aparecen como empadronadas en Toralla, aunque en el periodo estival aumenta significativamente este número por quienes allí cuentan con una casa de vacaciones.

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Una de las pocas islas privadas que todavía existen, se mantiene como una de las zonas más exclusivas no solo de Vigo. Una gran cantidad de vecinos y vecinas no han pisado nunca este territorio, pese en muchas ocasiones se ha exigido un sendero público que recorra Toralla.

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Pero precisamente esa privacidad convierte a los pocos inmuebles que allí se alzan en un auténtico lujo. Prácticamente desde cualquier punto de la costa viguesa se otea la enorme torre que aparece en un horizonte casi salvaje. Pero Toralla también cuenta con chalets mucho menos visibles, pero no por ello menos llamativos.

Chalet a la venta en Toralla

Una de esas propiedades ha salido a la venta por un precio de 2,22 millones de euros. Para sorpresa de nadie, la privacidad, las vistas y el entorno natural son los grandes reclamos de este inmueble. "Una isla privada a la que sólo pueden acceder los apenas cien propietarios que viven en las 10 hectáreas que tiene", promete la publicación en la que se anuncia su venta.

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"No puede entrar nadie que no pertenezca al vecindario", un aliciente para un futuro comprador y una deuda para el resto de la población de Vigo. Además de hacer un repaso por la historia de Toralla, el anuncio describe cada uno de los elementos que justifican el precio, más allá de su privilegio.

Número de habitaciones, jardín y piscina

El chalet cuenta con una fachada acristalada donde el mar abarca todas las vistas. La casa se divide en dos pisos, con un total de 9 habitaciones (de ahí que la población se multiplique en verano). Un buen aislamiento y una chimenea aseguran un confort térmico durante todo el año, por si el futuro dueño también quisiera pasar allí el invierno.

No todo es el ladrillo, la propiedad tiene amplias zonas verdes (también privadas), e incluso una piscina propia. Todo "en primerísima línea de playa". Un espacio con absoluta intimidad "para desconectar sin que nada ni nadie te moleste". Puede que una visita a esta vivienda en venta se una de las pocas oportunidades que los vigueses tengan para conocer la isla de Toralla por dentro.



 

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