Vigo recupera su pasado: arranca el montaje de su histórica estación del siglo XIX

La antigua estación de Vigo regresa a su hogar. La fachada del edificio de finales del siglo XIX que se mantenía hasta ahora en el total abandono en un almacén de Adif en Redondela ha iniciado su vuelta al corazón de Vigo para volver a instalarse en la Praza da Estación. El edificio no volverá a levantarse, pero el Concello decidió recuperar parte del patrimonio de la ciudad instalando la fachada en el enorme talud sobre el que se asienta la calle Urzáiz y que ahora se convertirá en un “lienzo arquitectónico”.

La antigua estación sufrió el ostracismo durante décadas después de que se decidiera su derribo para levantar un nuevo y mayor edificio que permitiera ofrecer los servicios necesario de la pujante urbe gallega. La que fue la primera estación de ferrocarril de la ciudad se proyectó en 1860 por el ingeniero Javier Boquerín y su construcción finalizó en 1878, aunque hubo que esperar al 18 de julio de 1881 a que la ciudad recibiera el primer tren, que llegaba desde Ourense. Ese primer viaje fue grabado en piedra en la propia fachada, que cuenta con una "V" y una "O" símbolo de la hermandad y unión de las dos ciudades. La estación supuso un hito en sí misma ya que fue la primera estación término de Galicia que incluía, además de los servicios básicos, la vivienda del jefe de estación, plataformas cubiertas y descubiertas, muelles para el embarque de ganado, almacenes, talleres, etc.

La construcción de un nuevo edificio en 1987 que sustituyó a la estación original supuso el inicio del declive hasta que a finales de la década de 1990 fue desmantelada y sus piedras se llevaron al almacén de Adif de Redondela, donde permanecieron abandonadas sin ningún mantenimiento, a pesar de ser incoada como bien de interés cultural (BIC) por la Xunta de Galicia.

Una pieza fundamental en la historia del ferrocarril en Vigo vuelve a la ciudad. Aunque llegó a haber varias propuestas para su recuperación, ninguna se materializó hasta ahora. Los vigueses podrán volver a contemplar una fachada histórica de granito desnudo perfectamente labrado y cincelado. La fachada estará anclada al muro a través de una estructura metálica e incluirá la carpintería de acero acristalada en las ventanas y huecos. Las obras incluyen la reparación de los elementos dañados durante todo este tiempo y la creación de un mirador superior ampliando la acera de Urzáiz.

Los trabajos ya han comenzado y se empiezan a ver las primeras piedras que irán dando forma a la fachada. Las obras, adjudicadas por 1,5 millones de euros que incluyen la reforma de toda la plaza, que se convertirá en el acceso principal a la estación de Thom Mayne, y la humanización de Baixada á Estación. Deberán estar finalizadas en verano. Junto a esta actuación, y de forma paralela, se incluye la instalación de un ascensor entre esta plaza y la esquina entre Vía Norte y Urzáiz. Se ubicará entre el final del edificio de Vialia y el inicio de la fachada de la antigua estación.