Un acusado de agredir sexualmente a una joven en Gondomar afirma que "jamás" la tocó

Un anciano acusado de agredir sexualmente a una joven en la localidad pontevedresa de Gondomar ha asegurado que "jamás" tocó a la mujer, mientras que esta ha relatado que el hombre metió su mano en su pantalón y le introdujo un dedo en la vagina.

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Así lo han señalado este lunes ante la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, en la vista llevada a cabo por este caso, supuestamente ocurrido en octubre de 2019.

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Para el varón, Fiscalía pide hasta nueve años de prisión por un delito de agresión sexual y otro delito de tentativa de agresión sexual, además de 11 años de libertad vigilada.

Asimismo, el Ministerio público pide para el acusado la prohibición de acercarse al domicilio de la perjudicada o a ella misma durante un periodo de 10 años y una indemnización de 10.000 euros.

Durante el juicio, el acusado ha manifestado que "jamás" tocó a la joven, indicando que la conocía desde pequeña porque era amigo de su familia. Preguntado sobre los hechos que denuncia la mujer, ocurridos en octubre de 2019, el varón ha dicho que sí habló ese día con la joven, pero en un camino próximo a la casa donde ella trabajaba cuidando a una anciana, no en la propia casa.

"Tenía cierto interés (ella) en que yo entrase en la casa", ha apostillado, indicando que no quiso acceder debido a que no tenía relación con la dueña de la vivienda (la anciana que cuidaba la supuesta víctima).

Asimismo, el hombre ha subrayado que el segundo día, una semana después, él no acudió a la casa como la joven denuncia y que solo la vio pasar con el coche y la saludó, sin hablar con ella. Preguntado sobre los posibles motivos que la mujer tendría para denunciar, él ha dicho que tendría "algún capricho" y querría "sacarle algún dinero".

En su derecho a última palabra, el hombre ha dicho que la víctima "lo buscaba" pese a que él tenía una orden para no acercarse a ella. Además, ha indicado que tras la muerte de su hijo hace años "dejó de ser hombre" sin apetito sexual.

"Me considero inocente y voy a luchar por mi inocencia toda mi vida. Hasta el último suspiro, porque diga lo que quiera, miente", ha sentenciado visiblemente emocionado.

La versión de la denunciante

Por su parte, la joven ha relatado que hasta el primer día de los hechos nunca había pasado nada con el acusado, ya que era amigo de la familia. Según ha explicado, en octubre de 2019 el hombre acudió a la casa donde ella trabajaba y cuando le abrió la puerta, el anciano le dijo que tenía unos labios "tentadores" y la besó sin consentimiento.

Además, la empujó hasta la pared, le tocó el pecho y le introdujo la mano por dentro del pantalón, introduciéndole un dedo en la vagina y diciéndole que "otro día volvería y le haría al amor".

En ese momento, el varón se habría ido y ella habría llamado a su padre, quien le indicó que era mejor no avisar a la Policía a no ser que volviese a ocurrir.

Sin embargo, días después, siempre según el relato de la joven, el hombre habría vuelto a intentar tocarla, encerrándose ella en el coche y llamando a la Guardia Civil.

Al juicio también han asistido el padre de la joven y el padre de unas amigas de ella, los hombres a los que habría llamado tras los hechos. Ellos han dicho que estaba "nerviosa" y "llorando" y le dieron credibilidad a lo que relataba. El padre de la víctima confirmó que en el primer suceso le sugirió que no denunciase.

Por su parte, forenses que analizaron los casos tanto de la víctima como del acusado indicaron que la condición física del varón sí sería compatible con poder haber cometido los hechos denunciados.

Tras la prueba testifical, Fiscalía ha mantenido su acusación, al igual que la acusación particular. Por su parte, la defensa del varón se ha referido a que en la primera declaración de la víctima ante la Guardia Civil no comentó que el varón le había introducido un dedo en la vagina y posteriormente habría añadido eso a su declaración ante el juez. Así, ha pedido la libre absolución.