Carmen Albo (Guisándome la vida) no fue siempre una chef estrella de internet, claro. Su vida laboral estuvo ligada al marketing, primero en la parte práctica y después en la teórica, como profesora. Sin embargo, la crisis económica y los azares de la vida la llevaron a abrir un blog. De ahí, una comunidad que hoy supera los 13.000 seguidores en Facebook y 8.000 en Instagram. “Enseñar a cocinar es mucho más divertido (y además se come)”, apunta entre risas durante la entrevista.
La creadora de Guisándome la vida nos recibe en su particular tienda situada en el primer piso de un coworking de Velázquez Moreno 17. Allí, rodeada de todo tipo de artilugios y de su cocina charlamos de gastronomía, de modas en internet y de lo que nos contará en la nueva programación de showcookings que estrena este viernes en el Centro Comercial Gran Vía.
En la cocina hay miles de recetas, ¿no está todo ya inventado?
Sí, mucho está inventado y otras cosas nuevas no son dignas de recordar. Claro, siempre hay genios que inventan cosas nuevas. Para traer novedades hay que ser un genio, que los hay…
¿Qué cinco ingredientes no pueden faltar cada semana en nuestra dieta?
Evidentemente verdura, hay que tomar proteínas -maravillosa marina, pero también carne-, legumbres, fruta y lácteos. Lo esencial es seguir la pirámide alimentaria. Vamos, la dieta mediterránea.
¿Por qué la mayoría de chefs famosos son hombres?
Creo que está cambiando. Cada vez más mujeres accederán a los puestos de chefs importantes. Tradicionalmente la mujer lo hacía desde puestos más humildes en tascas y tabernas y, sin embargo, para los grandes chefs era un espacio que a la mujer se le resistía más, pero todo está cambiando.
¿Un plato estrella que todos podamos hacer?
Casi todo, salvo lo especialmente complicado tiene versiones facilonas y lúcidas. Mínimo esfuerzo, máximo resultado. Con un poco de imaginación que es lo que a veces falta en la cocina y un poco de conocimiento se pueden hacer cosas facilísimas y estupendas.
¿Qué receta recomiendas para esta primavera calurosa?
Aquí, que nos hemos visto en Córdoba en pleno mes de marzo… pues salmorejo cordobés [risas].
¿No debería enseñarse a cocinar en los colegios?
Sin duda. A cocinar bien y a cocinar sano en poco tiempo y con pocos recursos. Es una asignatura igual a educación vial. Pueden impartirse juntas.
Este viernes estarás en un showcooking en el Centro Comercial Gran Vía para hablarnos del batch cooking, ¿qué es?
Pues es el “organízate la semana de toda la vida”. Antes organizábamos la semana el fin de semana para comprar y cocinar. Pues es eso. Contaré muchas cosas y muchas ideas además de probar muchísimas cosas.
Es el primero de varios, ¿no?
Sí, ya estuve el año pasado. Haremos seis u ocho showcookings. Cocinaremos con pescado también de forma fácil y lucida… Según transcurra el tiempo iremos contando.
¿Se aprende?
Muchísimo. Con cuatro ideas y conocimientos básicos se consiguen maravillas.
En Instagram se a popularizado el “real food”. ¿Qué opinas?
Todo lo que está en las redes tiene marketing, pero es un movimiento sensato en líneas generales. Debemos dejar de comer procesados a todas horas y de todo tipo y volver a la comida de verdad que debemos procesar en casa de forma natural y sin conservantes. Con trucos se puede conseguir.
En internet hay mucho troll. ¿Tú que tienes un blog de cocina que no hace daño a nadie, te los has encontrado?
Sí y además me hizo mucha gracia. Bueno, el primero fue complicado y estuve a punto de llamar a la policía. Sin embargo, El Comidista me dijo un día que hasta que tenías un troll no eras nadie así que damos por bien empleado aquel primer troll que me llevó por la calle de la amargura. Hay claro, también impertinencias pero las suelo contestar, con mucha educación eso sí.
¿Volver a la dieta de nuestros abuelos?
Probablemente, pero con menos grasas. Vamos, a la dieta mediterránea que es la atlántica pero al otro lado. No hay mucha diferencia.
¿Quién te enseñó a cocinar?
Yo misma, pero empecé con mi abuela. Ella era una persona muy divertida que hacía muchas fiestas en casa y para la época viajaba bastante y le encantaba hacer cosas diferentes. Ella me metió ese gusanillo. Pero hoy en día el que no sabe cocinar es porque no quiere, no tienes más que abrir cien mil tutoriales de todo tipo, grado y nivel.
¿Tu primer plato?
Recuerdo hacer empanadillas que me chiflaban por el echo de rellenar. Eso sí, siempre más salado que dulce. Todo el mundo empieza por los postres y yo no. Creo que soy más saladita que dulcita. Ahí lo dejo [risas].
Tienes muchas herramientas, ¿qué es imprescindible?
Depende de la vida que hagas. Hay que comprar solo lo que vas a usar y tirar lo viejo que sustituye lo nuevo que compras. Todo el mundo tiene 15 cuchillos. Con cinco que corten bien te sobran diez. Y como es todo.