Marco, segundo entrenador de un equipo de baloncesto de la ACB, no está pasando por su mejor momento. Su carácter es un tanto explosivo, se encuentra separado, de forma aparentemente temporal, de su mujer al buscar diferentes cosas en la relación (el querer tener hijos ella mientras que él se niega) y termina peleado con el primer entrenador de su equipo, en un momento que genera una polémica tremenda a nivel nacional y que termina con su despido del conjunto.
Es en este momento cuando cae todavía más en el pozo, siendo precisamente dicho hundimiento lo que acabará degenerando en su cambio y en su evolución como persona.
Tras salir una noche y beber más de la cuenta, en un intento por lamerse las heridas, decide volver a su casa en coche, a una velocidad por encima de la permitida, llevándose por delante el espejo retrovisor de un coche de policía y finalmente chocando con el mismo.
De forma posterior se nos contará que, además, se resistió al arresto e insultó a los agentes. La condena impuesta por estos hechos será la retirada del carné de conducir durante dos años y el trabajar para alguna causa social durante 90 días (eso o una pena de dos años de cárcel), siendo en este caso el entrenar a un equipo de baloncesto formado por personas con discapacidad (Los amigos), aprovechando su experiencia previa como entrenador.
(ESTA CRÍTICA CONTIENE SPOILERS)
Será entonces cuando empiece a producirse la evolución progresiva de nuestro protagonista, aprendiendo poco a poco, él mismo, mucho más de los miembros del equipo que viceversa, mejorando como persona y finalmente apreciando un trabajo que, en un principio, rechaza con todas sus fuerzas y del que trata de escabullirse lo máximo posible.
A lo largo de la película iremos conociendo la historia de cada uno de los miembros del equipo, así como los motivos que han llevado a Marco a distanciarse de su mujer, viendo cómo va evolucionando la relación entre ambos de forma paralela a su trabajo con el equipo.
Campeones es un largometraje que trata acerca de la inclusión, de la amistad, de los valores del ser humano, de la superación personal, del miedo a lo diferente, del compañerismo… La película busca despertar conciencias, usando el deporte como elemento socializador. Y lo hace a través de un humor muy propio, cargado de humanidad, resultando en todo momento divertida, y mostrándonos a unas personas que, por mucho que se les tilde de discapacitadas, son felices e independientes.
La película se aleja de los tópicos y presenta a todas esas personas como lo que son: Seres humanos, algo que muchas veces parece que se le olvida a la sociedad. No cae en los clichés habituales de verlos desde la ternura (a pesar de que ésta sí está muy presente a lo largo del largometraje) fácil, alejándose de los mismos y dándoles a cada uno de ellos una historia y unas vivencias propias, sin caracterizarles en función de los problemas que puedan tener.
No estamos ante una comedia al uso, precisamente por la situación que el largometraje nos plantea. Más allá de los diversos momentos cómicos que pueda tener, supone también una potente denuncia social con respecto al rechazo que muchas veces la sociedad muestra con respecto a ellos o cómo alguna gente trata de aprovecharse de su situación, con el ejemplo de la explotación laboral.
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La película, que supone un canto en lo que respecta a respetar a todo el mundo y a tratar a la gente con cariño, usa el humor a través de unos personajes a los que acompañas en la risa, sin caer en ningún momento en la bajeza de reírse de ellos, mostrándonos también cómo tendría que ser el mundo del deporte en realidad.
Javier Fesser, que con esta película vuelve al mundo del largometraje tras un parón de cuatro años, dedicándose durante este tiempo a rodar diversos cortos, se pone tras la cámara para ofrecernos un proyecto que ha sido toda una revolución en nuestra taquilla, siendo el mejor estreno de una película española desde Tadeo Jones 2: La aventura del Rey Midas, en agosto de 2017. Y es que podríamos hablar ya del “efecto Campeones”. Promocionada como “una comedia muy seria”, esta película ha conseguido mantener el primer puesto en la taquilla española durante varias semanas consecutivas, recaudando más de 7 millones de euros, logrando vencer a películas como Proyecto Rampage, protagonizada por el siempre taquillero The Rock. Todavía estamos en mayo, pero parece difícil que nos encontremos con una sorpresa mayor, en cuanto a taquilla, en lo que queda de año dentro del cine español.
El director comentaría en su día que buscaba llevar a cabo una película lo más realista posible, queriendo trasladar a la gran pantalla historias humanas, reflejando las propias personalidades y formas de ser de los actores elegidos para rodar el proyecto.
Precisamente con respecto al reparto, el propio Fesser comentaría que llegaron a hacerle el casting a más de 500 personas, teniendo que aumentar el tamaño del equipo de los siete miembros en los que se había pensado originalmente a los diez con los que finalmente se contó, al resultar imposible el dejar a ninguno de ellos fuera de la película.
Y es que si hay algo que realmente destaca en este largometraje son los integrantes del equipo de baloncesto. Todos ellos hacen un trabajo espectacular a lo largo de la película. Se nota que tienen un sentido del humor muy propio, que parte de la propia personalidad y de la inocencia del hecho de, como decía el director, “ser la primera vez que se ponían delante de una cámara”. El nivel es tal que, muchas veces, se comen por completo a un Javier Gutiérrez (que incluso llegaría a comentarle a Fesser que tendría que dar lo máximo de sí mismo si no quería ser barrido por sus compañeros de reparto) que también está maravilloso a lo largo de toda la película, confirmando, una vez más, que es de los mejores actores españoles de la actualidad y que está en un impresionante estado de forma, probando, de nuevo, que no le importa ni lo más mínimo el registro que le toque llevar a cabo, pues en todos rinde de una manera más que solvente.
Secundarios como Juan Margallo, Athenea Mata o la inmensa Luisa Gavasa pasan también por la película con buena nota, rindiendo de forma solvente.
El propio Fesser sería ya desde el primer momento muy consciente de lo que tenía ante sus ojos, admitiendo que supo desde el principio que tendría que poner toda la carne en el asador como director, pues sería el único responsable en caso de que el largometraje no saliese bien teniendo un material de tan alta calidad delante.
La película supone un homenaje a lo diferente ya desde el propio rodaje, estando el reparto formado, en su inmensa mayoría, por personas con discapacidad que nunca habían trabajado delante de una cámara y que iban aprendiendo según iban haciendo. Muchos de los diálogos que finalmente entraron en el largometraje fueron dichos a lo largo de la grabación por los propios actores, quedando, por lo demás, el resto del guion prácticamente igual, siendo un proyecto en el que se pensó en Fesser ya desde la primera lectura del libreto.
La presentación de los personajes es espectacular, empezando ya desde los primeros minutos con Marco, al que se nos muestra como a una persona inmadura y egoísta, hasta esas maravillosas escenas en las que se nos cuentan las historias de los miembros del equipo.
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A pesar de ser más que evidente, tras la multa que le ponen a nuestro protagonista al principio de la película, que el agente responsable de ella, Marín, va a terminar formando parte del equipo, este hecho no le quita nada de humor a la situación por lo bien que está llevado todo de forma posterior.
El sentido del humor a lo largo de toda la película es bastante blanco, pero siempre de lo más efectivo, estando muchas veces basado en la repetición de determinados gags que funcionan bien.
Un ejemplo de risa fácil que logra su cometido es el que, tras haberse cargado con su coche el espejo retrovisor de los policías, de forma posterior choque también por detrás con ellos, algo que no me esperaba para nada, que provocó una sonora carcajada en toda la sala y que me tuvo riendo un buen rato.
En lo relativo al guion, el trabajo llevado a cabo es bueno, a pesar de que la trama romántica sobra un poco y está algo metida con calzador, pero resulta útil a la hora de entender la caída en desgracia por la que está pasando nuestro protagonista.
La inclusión del equipo en la competición añadirá todavía más tensión a la historia, con el logro, poco a poco, de unos resultados deportivos cada vez mejores, que le permitirán llegar al final de temporada con posibilidades reales de hacerse con el campeonato.
La transformación que el personaje de Marco va a sufrir es más que evidente ya desde el principio de la película, pero esto no molesta para nada, pues ya sabes en todo momento lo que vas a ver. El punto crítico llega en su tramo final, cuando toca ver si la película va a caer en un exceso de buenismo, con él quedándose a entrenar de forma permanente al equipo, o va a volver a su actividad laboral habitual, que es lo que finalmente hace, en un momento duro, pero muy acertado desde el punto de vista del libreto.
Como el personaje del exjugador de baloncesto comenta en más de una ocasión, Marco va mejorando y haciendo progresos. Tiene sus dificultades, pero las va superando de forma paulatina, superando poco a poco sus graves dificultades con respecto a tratar con la gente.
Se produce el clásico intercambio de papeles o mezcla de ambos, con el equipo aprendiendo de él a jugar al baloncesto y Marco recibiendo las enseñanzas más valiosas de todas, que son las relativas a la vida, incluso en su propio campo, el deporte, con ellos dejándole claro que a la hora de jugar se va a ganar, no a humillar ni a machacar. Campeones gira en torno al hecho de colocar al protagonista en una posición a la que no está acostumbrado y ver cómo se desarrolla todo de forma posterior.
Puede que alguna gente critique lo grande que llega a ser la transformación de Marco, pero si tenemos en cuenta que ha pasado una temporada entera, confirmandósenos que ha seguido con ellos incluso cuando ya han pasado los tres meses impuestos, la transformación durante tan largo periodo de tiempo, a mi parecer, sí llega a ser en todo momento creíble.
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La película deja algunas conversaciones, así como momentos, que van directos al corazón y que resulta muy difícil dejar atrás. Es un muy buen ejemplo de ello cuando uno de los miembros del equipo escucha a Marco, sin que éste se dé cuenta, decir que no querría a un hijo como ellos, a lo que, tras las disculpas del protagonista, el último le responde que no tiene que preocuparse, que ellos lo entienden y que les parece normal, pero que sí es precisamente un padre como él el que todos habrían deseado tener.
O cuando, tras perder la oportunidad de alzarse con el título, tras ver cómo todo el equipo celebra sin importar lo más mínimo el haber quedado segundos, uno de los miembros del grupo se acerca a él, viendo que está disgustado, y le pregunta por el motivo, a lo que tras responder nuestro protagonista que se debe a quedar subcampeones, inquiriendo si él, a pesar de eso, está feliz igualmente, llega una contrarréplica excelente, con ese “pues claro, entrenador. ¿Qué es mejor, un marino o un submarino?”
A esto se le suman diversos momentos centrados en la superación de los miedos y que también resultan muy emotivos, como la escena de la ducha y la rata o la divertida secuencia del ascensor en el hotel.
Así como otros más centrados en lo entrañable, siendo un buen ejemplo de ello todas esas escenas en las que uno de los miembros del equipo apoya la cabeza en el pecho de Javier Gutiérrez; o en la pura emoción, como cuando se nos dice lo ya comentado anteriormente de que, aunque ya era más que evidente para todos, Marco ha seguido entrenando al equipo a pesar de que los 90 días ya habían pasado, quedándose con ellos hasta el final de la temporada.
La película cuenta con una buena dirección, sobria en todo momento, destacando por lo mucho que resaltan los distintos colores en diversos momentos del largometraje.
La música es buena, aunque muchas veces puede que llegue a resultar un tanto redundante a la hora de subrayar las emociones que el espectador tiene que estar sintiendo en determinadas escenas.
Decirle a la gente que no se vaya del cine hasta el final, pues aunque no sean escenas post-créditos como tal, sí hay unas breves imágenes en las que nos presentan de forma individual a cada uno de los miembros del equipo, siendo una despedida inmejorable para la película.
Entre los pequeños (y escasos) fallos de la película, comentar que resulta un poco irreal, por excesiva casualidad, que sea justo el cuidador de animales el que padezca la fobia al agua. Así como que me resulta un poco forzada, por excesiva, la reacción de los pasajeros del autobús cuando vuelven de uno de los partidos, un tanto anclada ya en el pasado. Y a modo de tontería, que igual no está muy bien el mostrar en pantalla a personas disfrazándose de policías de forma exitosa, logrando llevar a cabo su plan, pues puede que más de uno se quede con la idea y es algo que conlleva una importante multa en caso de ser pillado, pero bueno.
Es obvio que estamos ante una película que busca ya desde el principio el despertar las emociones del espectador, habiendo una cierta manipulación. Juega con ello, y en todo momento somos muy conscientes de que está pasando. No es algo que tenga que ser malo, y de hecho aquí no lo es, pues Campeones es un buen largometraje que, en cierta medida, parte de este hecho. ¿Puede que haya gente que hable bien de ella por la presión ante la posibilidad de criticar lo que esta película nos muestra en pantalla, llegando a estar incluso algo sobrevalorada? Pues es posible, pero, independientemente de eso, insisto que estamos ante un muy buen proyecto que nos ofrece dos horas de risa, pareciendo complicado el no pasarlo como un enano con ella, siendo un buen ejemplo de esto que entré a la sala sin saber la duración de la película y la sorpresa que me llevé cuando vi al salir que había durado tanto fue mayúscula.
Campeones es una película necesaria que nos plantea la pregunta de quién es más discapacitado; si una persona con algún tipo de problema relativo a su salud o una sociedad incapaz de tratar de forma normal con seres humanos que son como ellos.
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Como el propio Fesser diría, es una película que supone toda una bofetada a una sociedad actual más preocupada por mostrar una imagen que muchas veces poco tiene que ver con la propia que por la realidad, buscando siempre el aparentar, llegando este grupo de actores para transmitirnos una sinceridad y una honestidad apabullantes.
El largometraje logra conectar en todo momento con el espectador, y se agradece que no busque transmitir un mensaje moral fácil en cada escena (a pesar de la indirecta que se deja caer en los últimos minutos de que una discapacidad es algo que puede sobrevenirle a cualquier persona a raíz de un accidente, algo que se nos cuenta a través de una de las conversaciones finales entre Marco y el exjugador de baloncesto).
Rodar una película como ésta supone el enfrentarte a las posibilidades de caer en lo excesivo, llegando a ser ofensivo, o de quedarte corto y ser paternalista. Fesser consigue esquivar ambos dilemas con solvencia, consiguiendo un buen resultado final.
Estamos ante una comedia tremenda, que ya resulta graciosa por sí sola, pero que lo es todavía más al verla en el cine, por el propio contagio de la risa, que lo hace todo mucho mejor, y ante una película muy recomendable, para todos los públicos, siendo una buena idea el verla con los más jóvenes, tratando de que no haya ese miedo a la diferencia.
Un paso más a la hora de lograr que la sociedad deje de tener que ser inclusiva, pues la integración ha dejado ya de ser necesaria al darse por obvia; una pregunta abierta lanzada al espectador acerca de qué es realmente ser normal y un tremendo canto a las ganas de vivir que logrará que termines la película con una sonrisa de felicidad de oreja a oreja.
Título: Campeones
Estreno: 6 de abril
Año: 2018
Duración: 124 minutos
País: España
Director: Javier Fesser
Guion: David Marqués y Javier Fesser
Música: Rafael Arnau
Fotografía: Chechu Graf
Reparto: Javier Gutiérrez, Juan Margallo, Luisa Gavasa, Jesús Vidal, Daniel Freire, Athenea Mata, Roberto Chinchilla, Alberto Nieto Ferrández, Gloria Ramos, Itziar Castro, Julio Fernández, Sergio Olmo, Jesús Lago, José de Luna, Fran Fuentes y Stefan López
Género: Comedia. Drama
Sinopsis: “Marco, un entrenador profesional de baloncesto, se encuentra un día, en medio de una crisis personal, entrenando a un equipo compuesto por personas con discapacidad intelectual. Lo que comienza como un problema se acaba convirtiendo en una lección de vida.”
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