Construidos para salvar el cauce de los ríos, los puentes colgantes se han convertido en un atractivo turístico en sí mismo. Sus tablas de madera y su aspecto frágil esconden en realidad una capacidad para soportar más peso del que imaginamos. En A Estrada, Cerdedo-Cotobade, Noia y Outeiro de Rei podemos encontrar algunos de los puentes colgantes más espectaculares de Galicia.
A continuación te presentamos este "top 5" de puentes colgantes en Galicia. Todos ellos cuentan con rutas cercanas de senderismo y espacios para huir del calor. Y, por supuesto, un entorno natural envidiable.
Ínsua de Seibane en Outeiro de Rei (Lugo)
El río Miño, a su paso por Outeiro de Rei, en Lugo, se divide formando varias islas en su interior. Una de las principales es la Ínsua de Seibane, con un merendero y un refugio de pescadores. Para acceder al islote es preciso atravesar el puente colgante de Parada, que recibe este nombre al encontrarse en la parroquia de San Xoán de Parada.
Se puede llegar en coche hasta él, pero también existen varias rutas por la zona con las que disfrutar de este espacio, que forma parte de la Biosfera de Terras do Miño (UNESCO) y cuyo bosque lo componen árboles autóctonos, como el roble o el acebo.
Además de esta isla se puede ver la de San Roque, de mayor tamaño, la de Trabanca y Santa Mariña. Todas ellas forman las conocidas como Ínsuas do Miño y se pueden conocer gracias al sendero del mismo nombre. El punto de partida es la parroquia de Cela y apenas tiene unos 2 kilómetros.
Área recreativa Coto de Xirimbao en A Estrada (Pontevedra)
Este puente colgante, quizás el más espectacular de Galicia por su altura y longitud, 80 metros, une los Concellos de A Estrada y Teo, es decir, que comunica las provincias de Pontevedra y A Coruña. Bajo él correo el río Ulla.
Durante algunos meses del año, el puente permanece cerrado, pero se puede atravesar de mayo a septiembre. En este periodo está permitida la pesca en la zona, especialmente conocida por el salmón.
Aunque su nombre oficial es puente del Xirimbao, se le conoce popularmente como Puente Mariola.
Puente colgante de Calvelo en Cerdedo-Cotobade (Pontevedra)
El río Lérez recorre Pontevedra desde su nacimiento en Forcarei, en el corazón de la provincia, hasta desembocar en la ría. A su paso por Cerdedo-Cotobade, concretamente en la parroquia de Calvelo, un puente colgante lo cruza.
La frondosidad de esta zona no permite ver que muy cerca, a un par de minutos caminando siguiendo el discurrir del río, está la playa fluvial do Canal. En esta pequeña área el agua se detiene en una balsa natural y hay una zona de merendero con mesas y bancos de madera.
Tanto a la playa como al puente se accede directamente desde la carretera N-541 a la altura de Calvelo.
Puente colgante del río Tambre en Noia (A Coruña)
Las tierras de Muros y Noia están divididas en el mar por la ría y en tierra por el río Tambre. Siguiendo este curso, a 20 minutos en coche del centro de Noia se encuentra el Puente del Tambre. El viaje hasta este punto merece mucho la pena, pues la pasarela colgante no es su único atractivo.
A pocos metros del puente se encuentra la Central hidroeléctrica del Tambre, construida por Antonio Palacios en 1924 y donde se puede dejar el coche (desde Vigo por la AP-9, hacia CG-1.5). Este arquitecto, natural de Porriño, es el artífice de edificios tan sobresalientes como el Palacio de Cibeles de Madrid, hoy sede del Ayuntamiento, o el antiguo Teatro García Barbón de Vigo.
Aquí hay un merendero y, además, salen varias rutas de senderismo, todas ellas bien señalizadas y habilitadas en los tramos más abruptos con pasarelas de madera.
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