Desgraciadamente, llega el último fin de semana de la temporada de furanchos en Galicia. El próximo 31 de julio, la normativa obliga a cerrar de nuevo estos icónicos espacios gastronómicos en los que la tradición, el ambiente familiar y un entorno rural marcan la diferencia. Y por eso, en Metropolitano.gal hemos querido preguntar a los mayores expertos en esta materia por los mejores sitios para despedir la temporada a lo grande: estas son las 5 recomendaciones personales de la Guía Furanchín.
Para esas pocas personas que todavía no conocen el proyecto de Lorena Cancelas, Juan Vidal, Daniel Álvarez y Ruth Fernández, la Guía Furanchín cuenta con el mayor registro de furanchos de todo el mundo. Una iniciativa con la que pretenden divulgar y poner en valor esta tradición única de Galicia, especialmente a través de su blog y las redes sociales. Así, suelen dar a conocer todos esos nuevos furanchos que surgen, su propuesta gastronómica, la particular normativa a la que están sometidos e incluso alertan de la falta de relevo generacional para hacer de estos negocios algo sostenible.
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Porque aunque los furanchos cuentan con una larga historia, se encuentran en una delicada situación. Abrir durante esta temporada implica cuidar del viñedo durante todo el año, porque nada de esto se entiende sin la cultura del vino. Y para eso, hacen falta personas jóvenes que tomen el relevo tanto en el cuidado de la vid como en los fogones.
Las 5 recomendaciones de la Guía Furanchín para despedir la temporada de furanchos
Tarrastal (Redondela)
Este es un buen conocido para el público furanchín, un clásico de Redondela que reúne ingredientes imprescindibles para vivir una última gran experiencia este temporada. "La situación, las vistas, la calma, pero sobre todo por el amor con el que hacen el viño", así justifica Juan Vidal por qué hay que ir allí antes de que cierre. A título más personal, no puede evitar destacar "la orella fritida, que es mi plato favorito".
Pontebien (Salvaterra de Miño)
Es el único furancho que hay en la zona, y es uno de esos que "dentro de su gastronomía añade algunas cosas". Porque la creatividad combina perfectamente con un suelo de tierra, unas viñas hermosas, el tractor aparcado cerca y el cariño con el que siempre atiende Cristina.
Villa Preciosa (Pazos de Borbén)
Villa Preciosa, "un entorno ajardinado, muy bonito", describe Juan. De esos lugares idílicos en los que el entorno esta casi por encima de la cocina. "Esas mesas de piedra, ese jardín y esas empanadillas de grelos con chorizo están de muerte", sentencia sin dudar.
Casa Parranda (Covelo)
Para Juan, este es uno de "los grandes desconocidos". Uno de los pocos furanchos que se alejan un poco del área de Vigo, ya que la mayoría está en los alrededores de la ciudad y Redondela. Este caso es peculiar, porque pasó unos años cerrado y esta vez ha vuelto a abrir casi por sorpresa, sin aclarar qué pasará en las próximas temporadas.
En cuanto a la propuesta gastronómica, destaca su "vino albariño blanco espectacular" y una comida realmente casera, "porque es su mujer y él quienes se encargan". Respecto al entorno, describe que "es como una casa labrega reformada y cuenta también con hospedaje, fuera de época de furancho.
Reboraina (Redondela)
Tal vez es un furancho no tan enxebre como el resto, pero especialmente bonito por su icónico magnolio en el centro del jardín. "Si quieres quedar bien, es muy guay y quienes lo conocen lo flipan", recomienda el experto de la Guía Furanchín.
Muy difícil escoger solo uno
El intercambio de mensajes con este equipo de expertos se podría alargar casi hasta el infinito. Su gusto por el buen comer, el buen vino y el ambiente que caracteriza a estos negocios casi les obliga a alargar la lista de recomendaciones, tantos como recuerdos tienen en cada uno de los furanchos que han visitado.
"Esto es al gusto de cada uno", pero las opciones son amplias y es raro equivocarse con esta elección. En este listado podrían estar muchos más, como por ejemplo Alto da aldea: "Para mí siempre es el mejor, sin duda". Pero esa opinión es tan compartida que las reservas se han completado de aquí al final de la temporada, por lo que resulta imposible despedirse allí de los furanchos por este año. Lo que está claro es que, sea donde sea, lo importante es disfrutarlos una vez más antes de tener que decir "hasta pronto".
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