Mantener unos niveles elevados de actividad física ayuda a reducir el incremento del riesgo de padecer cáncer asociado al sobrepeso y a la obesidad, pero no tanto como evitar el exceso de peso. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio desarrollado por investigadores de la Universidade de Vigo y de la Escuela Noruega de Ciencias do Deporte, partiendo del análisis de los datos de más de 70.000 pacientes, registrados en el Biobanco del Reino Unido. Publicada en el Journal of Sport and Health Science, esta investigación constata los beneficios de mantenerse físicamente activos a la hora de evitar esta enfermedad, pero también que el exceso de peso supone "un incremento en el riesgo de desarrollar cáncer que parece no ser contrarrestado completamente con una mayor actividad física", como señala Adriano Sánchez, investigador del grupo Well-Move de la Universidade de Vigo y del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur, autor principal de este artículo.
"Nos llamó especialmente la atención que aunque realizar más actividad física, especialmente de intensidad moderada la vigorosa, parece reducir el riesgo de cáncer asociado al sobrepeso y a la obesidad, evitar estas condiciones parece ser aún más importante", añade el investigador de la Facultade de Ciencias da Educación e do Deporte.
Con la participación de investigadoras e investigadores de las universidades de Edimburgo, Sídney y Europea de Madrid, así como el Instituto Noruego de Salud Pública, el trabajo parte del análisis de los datos reunidos en el UK Biobank, que realizó un seguimiento a más de 70.000 personas a lo largo de una media de seis años. Esto permitía obtener datos de los niveles de actividad física, del índice de masa corporal y de los niveles de adiposidad de cada paciente; datos que a su vez se pusieron en relación con la incidencia del cáncer en esta población a lo largo del seguimiento, durante el cual le fue diagnosticada esta enfermedad a 2.625 personas.
El punto de partida de este estudio es que la obesidad está asociada "con una mayor incidencia de cuanto menos 13 tipos diferentes de cáncer", señalan los autores y autoras de este estudio, mientras que la práctica de actividad física se asocia a un menor riesgo de padecer "varios tipos de cáncer". La hipótesis actual, explica Sánchez, "es que los efectos beneficiosos de la actividad física reduciendo el riesgo de cáncer de producen por procesos biológicos similares a los cuales, en la dirección opuestas, el sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de padecer este grupo de enfermedades". Pero, destacan, "sigue sin estar claro como las diferentes cantidades e intensidades de actividad física pueden modificar la asociación entre los diferentes niveles de adiposidad y el riesgo de cáncer".
Partiendo de este escenario, el estudio permitió constatar como el riesgo de cáncer era entre un 15% y un 20% menor en aquellas personas con sobrepeso y obesidad pero con altos niveles habituales de actividad física de intensidad moderada a vigorosa, frente a los participantes sin sobrepeso pero físicamente poco activos. Por el contrario, cuando se comparó con participantes sin sobrepeso pero más físicamente activos, las personas con sobrepeso y obesidad presentaron un riesgo de padecer cáncer entre un 6% y un 36% mayor, aunque fuesen físicamente activos.
Al mismo tiempo, el análisis específico de ciertos tipos de cáncer, como mama, colon o gástrico, reveló que, dentro de las personas sin sobrepeso, las menos activas físicamente presentaron un "riesgo significativamente mayor" que aquellas con una actividad física alta. De ahí que Sánchez Lastra incida en que si bien en este estudio "la actividad física no parece contrarrestar completamente el riesgo aumentado de desenvolver cáncer derivado del exceso de peso", sus resultados también muestran "una atenuación en las personas con sobrepeso y obesidad que realizaban más actividad física".
Por lo tanto, "sigue siendo esencial mantenerse activo", concluye el investigador de la UVigo. "Aunque realizar un poco de actividad física ya parece tener beneficios para reducir el riesgo de cáncer, lo más interesante parece ser alcanzar las recomendaciones de actividad física actuales de la Organización Mundial de la Salud (OMS); por lo menos 150 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada, como caminar a paso ligero, a vigorosa, como subir escaleras a ritmo ligero o salir a correr", subraya Sánchez Lastra. El investigador incide así mismo en que este análisis abarca todo tipo de actividad física, no solo un ejercicio "estructurado y planificado", que, señala, "podría ofrecer mayores beneficios, al ser más adaptado a cada persona o grupo de personas".
Junto a Sánchez Lastra, firman este artículo Ulf Ekelund y Jakob Tarp, de la Escuela Noruega de Ciencias del Deporte; Knut Erik Dalene, del Instituto Noruego de Salud Pública; Tessa Strain, de la Universidad de Edimburgo; Ding Ding, de la Universidad de Sídney; y Borja del Pozó, de la Universidad Europea de Madrid. Se trata, además, del quinto artículo liderado por el investigador de la UVigo, fruto de su colaboración con la Escuela Noruega de Ciencias del Deporte, que comenzó con la estadía predoctoral que Sánchez llevó a cabo en este centro y continuó en su etapa como investigador posdoctoral con un contrato Margarita Salas, durante la que trabajó, "colaborando con diferentes instituciones, en otras investigaciones en epidemiología de la actividad física y su impacto en la salud pública".
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