Vigo lleva años esperando por la recuperación de uno de sus más queridos balcones a la Ría. El Paseo de Alfonso ha sufrido el olvido y el deterioro mientras las administraciones mantenían un pulso político que iba alejando la esperada humanización de esta calle. Un proyecto que promete otorgar el protagonismo al peatón, con zonas verdes, un boulevard y las icónicas vistas de todo este mirador.
La zona permanece casi como congelada en un fotograma, de no ser porque el tiempo va transformando a peor su estado. Mientras no se desbloquee el proyecto del túnel de Elduayen, la humanización no llegará. Sin embargo, una leve modificación ya casi permite imaginar cómo podría ser un nuevo Paseo de Alfonso más humano.
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Un 'espejismo urbano'
Esta misma semana, los vecinos y vecinas que recorren a diario el Paseo de Alfonso se toparon con una especie de 'espejismo urbano'. El tramo que conecta este mirador con la calle Pi y Margall ha experimentado un ensanchamiento que permite ahora caminar con mayor comodidad.
Precisamente se ha ampliado la zona del margen de la rotonda que distribuye el tráfico también con Cachamuíña. Una acera que hasta ahora se estrechaba radicalmente para continuar hacia Pi y Margall. Sin embargo, con esta leve modificación se aligera sensiblemente el tránsito de personas (por lo menos, hasta que vuelve a empequeñecer el firme.
En realidad, se trata solo de una ampliación temporal, que surge para dar una solución a las obras del Barrio do Cura. No es un ensanchamiento definitivo, pese a que el proyecto de esta promoción inmobiliaria sí terminará otorgando más espacios para los peatones.
El aspecto y el material utilizado ya indica que se trata de una solución momentánea para poder continuar los trabajos 'intra muros'. Porque, por el momento, el Barrio do Cura todavía no ha iniciado las obras para mejorar el urbanismo de su entorno, pese a que así lo contempla el proyecto y lo reivindican los vecinos de la zona.
Precisamente, estos mismos relataron a Metropolitano.gal el riesgo que supone para muchos el estado de calles como Llorente o Santa Marta, que bordean lo que será el futuro Barrio do Cura. La empresa impulsora, en la presentación de esta promoción, explicó cómo se iban a ensanchar y embellecer las aceras de esta zona. Algo que, por el momento, ni siquiera se atisba. Incluso, la situación se ha complicado desde que vallaron el edificio del histórico restaurante Casa Roucos para su demolición, puesto que el andamio ha ocupado un tramo de acera.
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