Chris, excelente fotógrafo, es un joven negro que está a punto de conocer a los padres de su novia, una familia blanca de clase alta que no sabe que su hija está con un chico de color. Su principal preocupación será que no le acepten, o que vean la relación con malos ojos, a causa de su raza. Ella, sin embargo, no le concede en ningún momento importancia a sus argumentos, diciendo que sus padres no tendrán ningún tipo de problema con respecto a eso y, por tanto, no es necesario informarles previamente de que mantiene una relación interracial.
Tras llegar a la casa para pasar el fin de semana, todas las dudas de Chris se disipan. La familia de su novia le trata con amabilidad, nadie le mira raro y todo es normalidad y alegría por conocer a la pareja de su hija.
El espectador, sin embargo, ya nota desde el principio que hay algo raro en la actitud de los que habitan la finca, siendo sobre todo extravagante el comportamiento de las personas de color con las que Chris se va encontrando, habiendo una especie de interés oculto que no consiguen terminar de reprimir a pesar de mostrar un comportamiento que pretende ser normal. Las miradas y las sonrisas nos resultan a nosotros inquietantes ya antes que al propio Chris.
(ESTA CRÍTICA PODRÍA CONTENER SPOILERS)
Los presentes en la casa no dejan de hacer comentarios en los que sale a colación el tema de la raza de Chris, llegando al extremo de hablar el hermano de Rose de su “maquillaje genético”. Todo esto va acompañado, al mismo tiempo, de comentarios añadidos que recalcan que sólo están de broma, que no se lo tome a mal, pues ya forma parte de la familia.
Chris pensará, en un primer momento, que tales comentarios inoportunos se deben simplemente a que los padres de Rose están algo nerviosos tras conocer a su novio y descubrir que éste es negro, pero pronto irá cambiando de opinión.
Será con el avance de la película, a lo largo del fin de semana, y tras la llegada al día siguiente de los invitados a una fiesta que los padres de ella celebran anualmente en su casa, cuando la situación se recrudezca todavía más y Chris vaya descubriendo, en este contexto, la realidad, que termina conociendo, al mismo tiempo que el espectador, cuando le es revelado el plan que los habitantes de la casa ocultan: El dar vida a una organización de personas de la tercera edad que pagan elevadas sumas de dinero para trasladar sus cerebros a cuerpos más jóvenes de gente negra. El padre, neurocirujano. La madre, psiquiatra, especialista en hipnosis, además. Buena metáfora de una pareja que tiene la capacidad de entrar, cada uno a su manera, en la cabeza de los demás.
Chris tendrá que luchar contra todo el que se interponga en su camino a partir de ese momento para conservar su vida y su cuerpo, descubriendo que su relación con Rose sólo ha sido un engaño, formando ella también parte de la trama, atrayendo durante años a gente negra a la casa para que posteriormente su familia se adueñe de sus cuerpos, los subaste y les trasplante el cerebro de esa otra persona ganadora de la puja, y siendo consciente de que tendrá que recurrir a la violencia si quiere escapar de allí.
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La película supone el debut como director de Jordan Peele, conocido hasta el momento por su participación en numerosas comedias. Rodada con un presupuesto de sólo 4,5 millones de dólares, ha conseguido recaudar más de 250 millones, siendo todo un éxito a nivel mundial.
El tema tratado en la película es el del racismo que ha sufrido, y todavía sigue sufriendo, la gente negra. La diferencia en Déjame salir radica en que no gira en torno a la denuncia del racismo “clásico” entendido como el promulgado por personas cercanas al Ku Klux Klan, sino del que se da entre la población más supuestamente desarrollada y que muchas veces se define a sí misma como progresista. Supone toda una denuncia social y muestra la tensión existente entre una juventud más abierta de mente con respecto a lo racial y una tercera edad que no lo termina de ver con buenos ojos, y que muchas veces modera su comportamiento sólo por disimular su auténtica forma de ser y no quedar mal. También será tratado también el tema de la suplantación de identidad, algo que ya hemos podido ver en muchas ocasiones a lo largo de la historia del cine.
Lo que más miedo da de la película es, precisamente, el hecho de que personas con tan despreciables ideas sean todavía capaces de esconderse, a día de hoy, ocultando su auténtica forma de ser y de pensar, camuflándose entre el resto de la población.
Película en la que abundan las referencias a clásicos del cine de terror y al cine B, que resulta mucho mejor si es vista sin saber nada de ella ni haber visto el tráiler, manteniendo el elemento de sorpresa.
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Entre el reparto podemos encontrar a Daniel Kaluuya, conocido por su trabajo en Sicario o en el episodio Fifteen Million Merits, de Black Mirror, y que con esta Déjame salir está nominado a los Oscar en la categoría de Mejor actor. Su actuación aquí no resulta nada del otro mundo, quedándose en normalita, desaprovechando el actor una oportunidad inmejorable para llevar su carrera al siguiente nivel, haciendo un trabajo mucho mejor, por poner un ejemplo, en el ya mencionado capítulo de la serie inglesa. Llama, y mucho, su nominación por parte de la Academia.
Entre las actuaciones, a pesar de ser bastante flojas en líneas generales, sí destacan la sirvienta negra, interpretada por Betty Gabril, que resulta ser uno de los personajes más tétricos de toda la película, y la madre, a la que da vida Catherine Keener, que hace gala de un maravilloso lenguaje no verbal.
Tras ellas estaría Allison Williams, que se pone en la piel de Rose, y que tiene sus mejores momentos tras conocer nosotros la verdad, permaneciendo en todo momento ambigua a lo largo de la película, sin tener muy claro el espectador a cuál de los dos bandos pertenece. Sus cambios de registro con una simple mueca y pasando de llevar el pelo suelto a recogido resultan espectaculares.
Nos encontramos con un buen guion, diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, que podría estar mucho mejor desarrollado en pantalla, siendo habituales en él unos buenos diálogos de casi siempre doble lectura.
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La banda sonora busca ser inquietante y tensa. A pesar de eso, no destaca en ningún momento, sí habiendo, sin embargo, escenas que llaman la atención por el buen manejo del sonido presente en ellas, provocando esto una mayor tensión en un espectador que sabe que algo no va bien, pero desconoce el qué, antes de que finalmente descubramos que está pasando. Uno de los mejores ejemplos de esto sería esos momentos en los que vemos cómo una cuchara es removida en una taza de porcelana, con el ruido que esto conlleva.
Uno de sus principales problemas es que abusa de los tan manidos recursos habituales del cine de terror actual, con sorpresivas apariciones en momentos puntuales y molestos y repentinos subidones de volumen.
La fotografía es buena, y logra que formes parte de la tensión y de la incomodidad que la película busca transmitir. Peele no se echa para atrás cuando tiene que mostrar sangre en algunas escenas, y eso también es de agradecer, desde el punto de vista de que le añade crudeza a una película que busca ser en todo momento dura.
El director tendría que salir a la palestra en su día para defender el género de proyecto, tras ser éste nominado en los Globos de Oro en la categoría de mejor comedia o musical, escribiendo en Twitter, de forma irónica, que “Déjame salir es un documental”.
Posteriormente comentaría, en un evento dedicado a la película, que “el problema radica en que no es una película que podamos encasillar dentro de un género. Originalmente la planteé como una película de terror, y terminé enseñándosela a la gente para después escuchar que ni tan siquiera transmitía sensación de terror. Todo pasa en un mundo muy de thriller, así que es un thriller social.”
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Peele no fue consultado por Universal cuando estos decidieron registrar Déjame salir como comedia en la Hollywood Foreign Press Association, algo que le ha parecido mal al director, que comentó: “los temas que trata la película no son divertidos. Mucha gente negra ha venido y me ha dicho, “tío, ésta es la película que habíamos estado buscando durante una temporada y tú la has hecho”. Eso es algo muy fuerte. La controversia viene por poner algo así en una caja más pequeña de lo que merece. Creo que el problema aquí es que la película subvierte la idea de todos los géneros. Llámalo como quieras, pero la película es un reflejo de mi verdad, mi experiencia, las experiencias de mucha gente negra y minorías. Cualquier conversación que limite lo que puede ser implica encasillarla y meterla en una caja. La gente sigue todavía hablando del tweet. El punto clave que identificar aquí es que no queremos nuestra verdad trivializada. La etiqueta de comedia suele asociarse a algo trivial. La pregunta es: ¿de qué te ríes? ¿Te ríes del horror? ¿Del sufrimiento? ¿Estás ignorando lo que es real en este proyecto? Es por esto por lo que dije, “sí, es un documental.””
No tienen nada que ver, y no vamos a comparar la calidad cinematográfica de ambas películas, evidentemente, pero este caso me recuerda mucho al que pasó en su día con The Room. Tommy Wiseau concibió su película como un drama, y terminó siendo una comedia, a pesar de sus reticencias iniciales. Peele ha concebido una película de terror, que luego él mismo admite que no llega a tal y que, por tanto, llama thriller, y ha terminado siendo una mezcla de ambas cosas con comedia, por mucho que el director lo niegue, a pesar de tener razón en su mensaje, como podemos comprobar cada vez que hablamos con alguien de este metraje.
Cuando quieres hacer una película de terror y terminas haciendo lo que la gente considera una comedia, es que en algo has fallado, y muy estrepitosamente. Una película más de suspense, de thriller psicológico, que de terror, que destaca, sobre todo, a través de sus elementos más satíricos. Irónica ya desde el principio, cuando podemos ver a un joven negro, que terminará siendo secuestrado, caminando de forma aparentemente nerviosa por un barrio residencial blanco, jugando desde entonces con nuestras expectativas. Resulta una dura crítica al peor lado del ser humano, destacando por su contexto social, en lo que es una merecida bofetada a un cierto sector de la sociedad, principalmente a su grupo más acomodado.
Muchos de los clichés del cine de terror se cumplen: Nos encontramos con una mansión en medio del bosque, los sirvientes tienen un comportamiento algo peculiar, la familia un tanto llamativa, personajes que dan la sensación de ocultar algo y que están sacados de cualquier otra película de miedo…
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La premisa de la élite económica ya de edad avanzada con siniestras intenciones nos la hemos encontrado en numerosas películas en el pasado, sin que este aspecto suponga en Déjame salir una novedad.
Ciertas ideas y momentos presentes en la película, vistos en perspectiva, parecen mejores, pero el visionado del metraje resulta aburrido y para nada recomendable. Me aburrió como no me pasaba desde hacía tiempo con una película.
La escena final, autoparódica, sí logra conferir un tono de humor, cuando aparece el coche de policía mientras Chris ahoga a Rose, y el espectador ya espera que de él salga un policía blanco que arreste a nuestro protagonista, sin creer ninguna de las palabras que en su defensa éste pueda decir. Esto se romperá ante la aparición de su amigo Rod, con el que se marcha del lugar, y su comentario de “te lo dije”. Curiosamente, el primer pensamiento comentado que se nos viene a la cabeza representaba el final original de la película, más cruel y menos complaciente con el estudio, con esos policías blancos descendiendo del coche y Chris terminando el metraje entre rejas.
Lo mejor de la película son los momentos alucinatorios de Chris, muy bien logrados, tras ser hipnotizado sin su consentimiento por Missy, la madre de Rose, con el supuesto objetivo de que deje de fumar, escenas nocturnas previas a este momento incluidas.
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Serán también destacables, para bien, las escenas en las que veamos la puja en el jardín, acertando de lleno el director al concederle una capa de normalidad a los implicados en ella ante lo que están haciendo, algo que ya les resulta hasta habitual.
La película llegó de Estados Unidos precedida por las alabanzas generales de crítica y público, y rápidamente se postuló como candidata a ser nominada en los distintos festivales de premios, siendo su participación en la presente gala de los Oscar destacada, con nominaciones en los apartados de Mejor película, Mejor director, Mejor actor y Mejor guion.
Déjame salir, sin embargo, me parece una mala película que, como mucho, se quedaría en pasable, cuyas nominaciones en los Oscar, principalmente en la categoría de Mejor película, para ser sinceros, ni entiendo, ni comparto, ni creo que merezca. Lenta, sin que esto ayude a aumentar en ningún momento la tensión de la película, y predecible. Sí resultaría interesante como fotografía del racismo en Estados Unidos en la era posterior a la presidencia de Obama, pero poco más. Para nada recomendable, fuera del mensaje crítico que lanza.
En caso de verla, eso sí, hacedlo en versión original, siendo más disfrutable a raíz de los distintos acentos y jergas que en ella podemos encontrar.
Título original: Get out
Estreno en España: 19 de mayo
Año: 2017
Duración: 103 minutos
País: Estados Unidos
Director: Jordan Peele
Guion: Jordan Peele
Música: Michael Abels
Fotografía: Toby Oliver
Reparto: Daniel Kaluuya, Allison Williams, Catherine Keener, Bradley Whitford, Betty Gabriel, Caleb Landry Jones, Lyle Brocato, Ashley LeConte Campbell, Marcus Henderson, LilRel Howery, Jeronimo Spinx, Rutherford Cravens y Keith Stanfield
Género: Terror. Thriller. Intriga
Sinopsis: “Un joven afroamericano visita a la familia de su novia blanca, un matrimonio adinerado. Para Chris (Daniel Kaluuya) y su novia Rose (Allison Williams) ha llegado el momento de conocer a los futuros suegros, por lo que ella le invita a pasar un fin de semana en el campo con sus padres, Missy (Catherine Keener) y Dean (Bradley Whitford). Al principio, Chris piensa que el comportamiento `demasiado´ complaciente de los padres se debe a su nerviosismo por la relación interracial de su hija, pero a medida que pasan las horas, una serie de descubrimientos cada vez más inquietantes le llevan a descubrir una verdad inimaginable.”
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MUCHÍSIMAS GRACIAS POR ESTE TEXTO! Estoy de acuerdo con todo punto por punto. La película es mediocre, no sé qué le ve la gente que habla bien de ella porque no tiene nada. En mi entorno más cercano llevamos tiempo comentando el tema, porque es que no le gusta a nadie. Que haya sido nominada no tiene sentido, pero es que en ninguna de las categorías, y que esté en el apartado de mejor película ya es de risa