Vídeo | Así fue la Cabalgata de Reyes Magos de Vigo, resumida en menos de dos minutos

Más de dos horas y media tardó la Cabalgata de Reyes Magos de Vigo en recorrer el tramo que separa Praza América del Paseo de Alfonso, donde Sus Majestades Reales bajaron de las carrozas para realizar el último tramo a pie hasta Porta do Sol con el objetivo de hacerse con las llaves de la ciudad para poder repartir ilusión y regalos a los niños y niñas de Vigo.  La de este año era una cabalgata especial, ya que se recuperaba el formato clásico en movimiento -aunque también hubo versión estática de mañana- pero con un nuevo recorrido.

Galería de fotos | Más de 115.000 personas viven una Cabalgata de Reyes de Vigo llena de magia e ilusión

Másnoticias

Investigan a un vecino de Vigo por dañar un elemento histórico del patrimonio de Galicia

29/08/2025

Vigo se despide de uno de sus espacios gastronómicos más 'trendy' del centro

29/08/2025

Bambi, Peter Pan, Aladdin, Alicia en el país de las Maravillas o Dumbo, así como personajes de otros largometrajes más nuestros como el histórico O Bosque Animado, fueron algunas de las escenas que se recrearon en esta edición, que logró congregar a miles de personas -más de 115.000 según los datos municipales- y en la que hasta se dejó ver un viejo Citroën de la Policía Local y una motocicleta retro, cuando todavía no había contratos de leasing para la flota municipal.

El nuevo recorrido de la Cabalgata de Reyes cumplió y se celebró sin grandes complicaciones, aunque hubo quejas por la estrechez de algunas calles por las que pasó, la gran extensión de vallas que impedía cruzar la cuando todavía no había empezado la comitiva a realizar su recorrido y la tensión vivida en la parte final, en el cruce con Falperra, entre las advertencias de los agentes para abrir espacio y permitir el giro de los camiones y las quejas de las familias por la falta de visibilidad. En algunos puntos, como el entorno de Plaza América, la gran distancia a la que se instalaron las vallas también mostró problemas a mejorar, especialmente ante la impotencia de los más pequeños por hacerse con caramelos, ya que cientos de ellos se quedaban tirados en la carretera, muy lejos del público debido a la gran distancia a la que circulaban las carrozas.